Después de la tormenta, siempre llega la calma (o casi siempre). Con un cielo muy despejado, claro, qué menos después de lo de ayer, empiezo a caminar con una temperatura ideal para caminar, casi casi con fresquito. Mejor así, ya calentará al mediodía.
Etapa con muy pocas subidas, no más de 120 m.de desnivel total, caminando siempre al lado de campos de cultivo, campos de alfalfa, de cebada, etc. Algunas vacas ponen el tono rural a estos paisajes prepirenaicos, mientras que unos cuantos polígonos industriales ponen su granito de arena para estropear estas imágenes. Es el precio del progreso...
El cuerpo, poco a poco se va acostumbrando al ejercicio, y ya protesta menos por las mañanas; al mediodía hago una paradita después de comer, una siestecita de media hora y a continuar; mi objetivo es caminar una media de ocho horas diarias, con buen tiempo, y buen camino, claro.
Hoy aprovecharé que llevo una buena distancia, me planto en los 22 Km. y me voy a chafardear al pueblo. A ver que encuentro...
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