Hoy toca pasar uno de los puntos emblemáticos del camino: la divisoria entre las provincias de Burgos y Palencia, a través del histórico puente Fitero. En realidad el puente es el único punto remarcable, puesto que a pesar de entrar en tierras palencianas, el paisaje continúa exactamente igual: todo un océano de campos de cereales, hasta donde abarca la vista, sin que se observen cambio alguno...
La temperatura, el ambiente, la monotonía, en fin, todo, empiezan a hacer mella en los peregrinos que, unos más que otros, parece que prefieren pasar estos tragos en silencio y meditando cada uno con lo suyo...
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Espectaculares ruinas del convento de San Antón, cerca de Castrojeriz
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Curioso pajarillo con antifaz (Desconozco su nombre). Muy confiado, permite que te acerques hasta 3 o cinco metros de él hasta que levanta el vuelo.
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Primera construcción que observo en adobe (ladrillos hechos con barro, piedras y paja, y que increíblemente, se aguantan en pie)
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Espectacular subida la que hay a la salida de Castrojeriz, el Alto de Mostelares.
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Y para los incrédulos, la prueba: una subida del doce por ciento, durante un kilómetro, a las dos y media del mediodía, y con treinta y ocho grados. Toda una experiencia...
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Una vez arriba, la vista es colosal: si nuestros ojos lo permitiesen, se podría llegar a distinguir la ciudad de León, a 120 kilómetros de distancia...
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Si la subida fue dura, la bajada directamente es una caida: 18% durante 350 metros!!
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Homenaje a otro peregrino muerto; éste concretamente, de Málaga.
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