El dormir en pleno desierto, aunque sea en uno pequeñito como el de Los Monegros, es una experiencia inenarrable. No hay palabras para explicar el silencio que hay por la noche, los miles y miles de estrellas que están ahí, encima de mi cabeza, y el viento suave que va refrescando el cuerpo, y preparándolo para lo que viene despues: una bajada de temperatura espectacular. Pero bueno, es el desierto.
Un visitante inesperado: una aguila, que no sé de donde puede haber salido, ya que a la vista no hay colina alguna. |
Con el sol reflejándose en su espalda, ofrecía una imagen de postal. |
La polilla más grande que he visto en mi vida! hacía cinco centímetros de la cabeza a la cola. Misterios de la fauna local. |
En las cercanías de Bujaraloz (Capital de la comarca), aparecen parcelas ocasionales de cultivos. |
Toda una explicación. |
Las puestas de sol son... pues eso. No hay palabras. |
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